Antes de nada, queremos dar el pésame a toda la gente que ha sufrido una pérdida por culpa o como consecuencia de este virus que ha llegado a nuestra vida, ya sea un familiar, un amigo, una amiga, … nuestro más sincero pésame, estamos con todos vosotros y nos unimos a vuestro dolor, mucho ánimo. También queremos dar ánimo a todo aquel que está sufriendo esta miserable pandemia de una u otra forma, ya sea laboral, económica, personal… no nos olvidamos de vosotros y vosotras.
Vamos a realizar diferentes entradas en el blog donde os contaremos de dónde vienen determinadas frases hechas o, como en éste caso, palabras. Empezamos hablando de… ¡Bolos! Nooo, no hablamos de las piezas esas de madera que se tiran con una bola ni de las actuaciones de grupos musicales o las torneés de grupos teatrales ni de los eventos de las celébrities. Nos referimos a cómo nos llaman a los habitantes de Toledo.
No está muy claro el origen de esa palabra en nuestro lenguaje coloquial, existiendo varias versiones.
De todas, la más antigua se remonta a la época visigoda, concretamente al siglo VI, cuando el rey Recadero en el III Concilio Visigodo; el más importante de los celebrados, los visigodos cambiaron de su religión arriana al cristianismo, al tomar juramento de su cargo contesto con un “Ego volo”, traducido sería un “Sí quiero”.
De todos es sabido. o casi todos, que a los toledanos nos llaman bolos, es cierto que está muy arraigado en nuestro lenguaje, paseando por la ciudad puedes escuchar con relativa frecuencia frases que incluyen un “si, bolo”, “no bolo”, anda bolo, mira que eres bolo, no se puede ser más bolo, etc.
La más aceptada nos remonta al siglo XIV, siendo arzobispo de Toledo Gil de Albornoz (Egidio ÁLvarez de Albornoz y Luna, 1302/3-1367) fundó un colegio en la ciudad Italiana de Bolonia, el Real Colegio de San Clemente, muchos toledanos fueron a esta ciudad a cursar sus estudios, en esa época Toledo carecía de universidad, al regresar de sus estudios a Toledo cuentan que era un acontecimiento y eran recibidos al grito de “Bolos”.
Y la última de las teorías o versiones nos dice que el origen de los bolos tiene raíces vascas, la gran industria armera de Toledo se abastecía de los aceros que venían de Vizcaya enviados en grandes bolas de acero llamados bolos, por lo que Toledo se convirtió en la ciudad de los bolos.
En próximos post, os seguiremos hablando sobre el origen de palabras o frases hechas.
¡Nos vemos! Pero antes cuidaos mucho, Toledo os seguirá esperando.
Nacho Cánovas.
*Fotografía Toledo Contigo
*Fuentes: