En estos tribunales, en cada tribunal estaba presidido por dos inquisidores, pero muy al contrario de lo que podemos pensar, no tenían que ser forzosamente dominicos. En Toledo, desde 1482 y 1598, los frailes dominicos brillaron por su ausencia y de un total de 57 inquisidores habían un total de 41 licenciados y 14 doctores, por lo que el 96,5% eran letrados en carreras donde la teología, el derecho civil y la economía eran condiciones indispensables para adentrarse en la esfera del poder y formar parte de estos tribunales.
La Inquisición y sus tribunales daban de comer a muchas familias ya que el número de subordinados era amplio, alrededor de treinta personas por tribunal: fiscal, secretarios, abogado del fisco, procurador, alguacil mayor, receptor, contador, juez de bienes confiscados, escribano, portero, nuncio, alcaide de cárceles secretas, médico, consultores, comisarios,…
Una figura que merece la pena destacar y que estaba dentro de los que colaboraban con el tribunal inquisitorial eran los denominados familiares: personas laicas, vecinos del lugar que estaban al servicio del Santo Oficio, pero sin sueldo. A cambio se les otorgaba determinados privilegios de tipo jurisdiccional o la exención de determinados impuestos. Ser familiar del Santo Oficio suponía el reconocimiento de la limpieza de sangre, de ahí que fuera un cargo codiciado que acabó vendiéndose por la Suprema.
Muy amplio era el número de delitos que existían. Estaban los delitos contra la fe y los delitos contra la moral.
De los primeros, contra la fe habían delitos como el abandono total de la fe católica para profesar otra religión, este delito se denominaba Apostasía. Otro delito contra la fe era el denominado Proposiciones, que eran opiniones y afirmaciones emitidas contra los dogmas, creencias, ritos, etc. Podían ser heréticas, malsonantes, erróneas, impías,..
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Los delitos contra la moral cristiana que contemplaba y perseguían los tribunales fueron las blasfemias, la bigamia, las supersticiones, los pecados nefandos, como la homosexualidad,…
Como vemos muchos eran delitos y por ello el Tribunal de la Inquisición tuvo tanto trabajo.
Os dejo hasta la próxima entrada sobre la Santa Inquisición, hablaremos sobre las víctimas preferidas y cómo era el proceso inquisitorial.
Nos vemos!!!! Antes de irme… os dejo un enlace de la biblioteca de la UCLM sobre casas de la Inquisición en Toledo.
Lucia Balmaseda Martín